Aunque no podemos dejar de
repetir lo importante que es poner tu comunicación en manos de
profesionales, lo cierto es que hay determinadas acciones que tú o
tu organización podéis iniciar para sentar unas buenas bases. Una
de ellas es empezar a perfilar un plan de comunicación, o, al menos,
conocer qué debe incluir, para poder conseguir que actué en
tu/vuestro beneficio.
Los siguientes puntos
constituyen una primera orientación, unos elementos básicos para
generar un esquema que puede (y debe) ser ampliado, pero que puede
constituir ese puerto de partida.
- Definición de la
organización: producto/servicio, estructura, miembros, identidad,
DAFO. Cuanto mejor nos conozcamos, mejor podremos comunicar nuestro
valor.
- Análisis del entorno:
contexto socioeconómico, condicionantes legislativos o técnicos,
competencia. Todo lo que puede influir en la marcha de la
organización.
- Fijación de objetivos:
tanto de comunicación, los fundamentales en este caso, como, de
haberlos, objetivos empresariales más generales, ya los segundos
tendrán repercusión en los primeros.
- Audiencias: a quién nos
dirigimos, quiénes son las personas/organizaciones que queremos
alcanzar. No debemos olvidar que los miembros de la organización
también son público objetivo.
- Mensaje: qué queremos
decirles a esas audiencias. Concretar un mensaje central es muy
importante, al definir qué pretendemos que nuestra audiencia
escuche.
- Estrategia y técnicas:
cómo queremos decírselo. Los ejes alrededor de los cuales va a
desarrollarse la comunicación, plasmados en técnicas y canales
específicos para alcanzar cada público.
- Acciones y tiempos:
específicos y concretos. Es crucial determinar qué va a hacerse
exactamente y cuándo va a llevarse a cabo. Planificar las
actividades de forma adecuada será clave para el éxito.
- Presupuesto: todo lo
anterior tiene un coste. Será muy útil establecerlo desde un
principio para poder ceñirse a él, y hacer los repartos de partidas
pertinentes para poder distribuirlo adecuadamente.
- Medición y control: una
vez fijadas las metas, deberemos detallar la forma en la que vamos a
medir si las hemos cumplido para poder ir haciendo los reajustes
necesarios.
- Evaluación:
considerando qué objetivos se han alcanzado, de qué forma, cuáles
de nuestras acciones han tenido más/menos éxito, cuáles han sido
los resultados y las repercusiones. La comunicación es un proceso
continuo, y debemos aprender de cada paso que damos para avanzar en
los siguientes.
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