Paseando,
nos encontramos con esta imagen (disculpad la calidad) en la
cristalera de un banco. Desafiante, ¿verdad? Y además viene con
refuerzos, veréis que detrás, a la derecha, hay una versión
femenina...
Nuestro
primero pensamiento, personal, es “menos mal que aún no”, pero
de segundas, en el plano racional y profesional, nos quedamos
preguntándonos si este tipo de mensajes, este tipo de publicidad,
resulta eficaz. Desde luego, es llamativa. Desde luego, es
provocadora. Pero también puede causar rechazo, puede irritar al
poner de manifiesto una realidad que quizá no guste al espectador...
¿cómo lo veis vosotros? ¿una cosa compensa a la otra?
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