Llevábamos
días oyendo hablar de Telegram, el nuevo programa de mensajería
instantánea que estaba causando furor, cuando nos llegó un mensaje
de una buena amiga invitándonos a probarlo... y nos decidimos a
hacerlo, ¿cómo no? Nos lo instalamos rápida y fácilmente, y, cuál
no sería nuestra sorpresa, cuando al abrirlo nos encontramos un clon
de WhatsApp (WA): visualmente, una copia, casi idéntico y sin ningún
tipo de disimulo. Curioso. Y empezamos a preguntarnos cuál sería la
diferencia, además de los 0,89€ que ahora tenemos que pagar por el
primero. Si pasaría como con otros servicios que habíamos
utilizado, Line (LN), GoogleTalk (GT) o SpotBros (SB), que llegaron
a, y en algún caso siguen instalados en, nuestros móviles, pero que
a estas alturas sólo conocemos a un par de personas que los sigan
utilizando habitualmente.
Y
decidimos hacer una recopilación de las principales ventajas y
desventajas que tiene cada uno de ellos para el usuario de a pie. Sin
niveles expertos ni similar. Las razones mayoritarias de por qué y
por qué no gustan a los consumidores.
-WhatsApp es el rey, el que conquistó nuestros corazones cuando nos hicimos
todos de tarifa plana de datos y descubrimos que gracias a él no
teníamos que pagar por enviar SMSs. Prácticamente todo el mundo que
conoces lo tiene y lo usa, sus emoticonos ilustran tu vida fuera y
dentro de sus conversaciones, y sólo te rompió el corazón cuando
sus desarrolladores decidieron (pobres ilusos) que tenían que sacar
algún beneficio del asunto y que la forma de hacerlo era cobrando
una pequeña cuota.
-Line llegó como la gran alternativa. Gratis, con más opciones (chats y
grupos diferenciados, juegos y apps integrados) y las cosas claras
con respecto a los pagos (por extras en stickers y juegos, por
ejemplo, que, total, no hacían mucha falta, al traer bastantes de
serie). Sobre todo, resultaba el más divertido, el que tenía una
interfaz más diferente. Daba la sensación de modernidad y buen
rollito que proporciona la estética naif asiática. Además, a los
más celosos de su intimidad les gustaba el hecho de que no se sabía
si estabas online o no, ni cuándo había sido la última vez, y a
otros su toque de red social, con muro personal y esas cosas. Pero
poco a poco a alguna gente empezó a parecerle muy ñoño, a otra
demasiado complicado y a un tercer grupo que consumía demasiada
batería. Y, tras un boom de descargas en toda regla, y un número de
usuarios récord en poquísimo tiempo, fue perdiendo adeptos poco a
poco. Ahora está ahí-ahí. Una pena.
-GoogleTalk moló una temporada. Luego aparecieron los demás, se
convirtió en Hangouts y todo se volvió más confuso. Para mensajes
teníamos WA y, para vídeollamadas, Skype. Y los que no eran de Android no lo usaban. Su sustituto se ha quedado como una buena
alternativa para reuniones de grupos a distancia, pero, por el resto,
descanse en paz.
-SpotBros era made in Spain y había que probarlo. Nos daba espacio de
almacenamiento y nos hablaba de seguridad en el momento en el que
empezaban las paranoias y las manías persecutorias. Pero tenía una
gran contradicción: los grupos abiertos de chat y los Shouts, en los
que se colaba gente... bueno... de todo tipo, ¿realmente queríamos
eso? No estaba mal, pero un interfaz tal vez demasiado serio y el no
ver suficientes ventajas en sus supuestos valores añadidos hicieron
que se fuera quedando en segundo plano y no se reinstalase al cambiar
de teléfono.
-Y ahora
aparece Telegram, que nos vende que es gratis, rápido y seguro.
Deducimos que gratis porque WA ya no lo es. Rápido porque LN y SB a
veces se eternizaban. Y seguro por la sensación general, ahora ya
instaurada, de que nos espían. Estamos todos en pruebas y hay
opiniones de todos los gustos, pero lo que sí vemos de primeras es
esa interfaz casi calcada a la de WA, la posibilidad de tener
conversaciones “privadas” (cifradas teléfono a teléfono) y que
pueden “auto-destruirse” (en plan cómics o dibujos animados).
Leemos además dos detalles interesantes: que es de código abierto y
que, cuando hay “doble tick” al lado de un mensaje, significa que
el destinatario lo ha leído, no sólo que ha llegado a su
dispositivo. Desventajas apreciadas en los primeros días: por el
momento por allí no andan muchos contactos de nadie, que se sabe si
estás online y si has leído los mensajes o no... y la impresión de
que la costumbre y la comodidad del WA tiran mucho, y vencer esos dos
aspectos va a ser complicado.
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