Hoy
nuestro post busca dar respuesta a dos dudas planteadas sobre content
marketing
(marketing de contenidos), un concepto sobre el que últimamente
leemos y oímos hablar a menudo.
¿Qué
es?
Consiste
en la creación, por parte de marcas y empresas, de contenidos que
atraigan e interesen a (potenciales) clientes, sin promocionar
directamente productos o servicios. En otras palabras, se trata de
conocer nuestro público objetivo y saber qué puede parecerles
atractivo, qué tipo de información buscan, qué contenidos pueden
agradarles y/o serles útiles... para ofrecérselos directamente.
El
content marketing persigue que los consumidores acaben generando
conversación y conexiones, que consideren la marca una
fuente fiable, que la conozcan y establezcan relaciones positivas con
ella, para, en última instancia, conseguir la compra y la
fidelización. Podemos encontrar ejemplos de content marketing
actualmente en blogs, revistas corporativas, redes sociales,
boletines, apps, vídeos, ebooks, etc., en sus nuevos tipos de
contenidos, ofrecidos por las empresas generalmente de forma gratuita
(y supuestamente altruista), a sus seguidores y usuarios.
¿Por
qué ahora?
Las
formas tradicionales de comunicación con los públicos objetivo
están dejando de funcionar, fundamentalmente por saturación y
hastío. Algunos no ven ya la televisión, sino únicamente las
series o películas que les interesan a través de su ordenador, con
lo cual se saltan los spots. Los siguientes se han hecho totalmente
inmunes a banners y pop-ups. Otros han dado “me gusta” a tantas
páginas en Facebook que dejan de prestarles atención. Toca
reinventarse y buscar otros caminos para llegar a ellos, y se está
comprobando que esta alternativa da buenos resultados.
La
creación de contenidos de calidad nace del rechazo de los usuarios a
las peticiones directas de compra y a lo intrusivas que les están
pareciendo algunas prácticas de marketing tradicional a determinados
grupos de población, sobre todo -pero no exclusivamente- a los
usuarios de nuevas tecnologías. Si en lugar de invadir espacios o
generar acciones que pasan desapercibidas, creamos contenidos que
interesen, tendremos notoriedad y seremos relevantes. Y ése es, al
fin y al cabo, el objetivo de las marcas. ¿O no?
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